¿Sabías que un argentino trabajó en varios de los animes que te gustan?
En Argentina hay talento, claro que lo hay, incluso en el mundo del anime. Por eso es que decidimos darles voz a estos talentos, para que nos cuenten su experiencia. Hoy tuvimos la alegría de hablar con Leandro Duarte, uno de estos argentinos que tienen una fructífera trayectoria en el mundo de la animación japonesa; y puede Spy X Family, Frieren y Boruto; entre muchos otros.
El tuvo su primer contacto como animador de anime en los años 2020-2021, con la serie Kageki Shoujo, trabajando tanto como animador como de asistente de animación. Su recorrido continuó con la parte 6 de JoJo’s, y luego encontró un lugar en grandes series comerciales como SpyXFamily o Frieren. En sus trabajos más recientes, Leandro estuvo animando en Tasogare Out Focus, y la bomba Bocchi The Rock, en donde trabajó como asistente de animación.
Sí, seguramente habrás visto algunos de los animes que acabo de nombrar y probablemente no sabías que un argentino estuvo involucrado en todos y cada uno de ellos, así que, sin más preámbulo, conozcamos un poco más de Leandro, sus inicios en la animación y el increíble mundo de las productoras de anime.
Entrevista a Leandro Duarte
Los inicios de Leandro en el anime
Cómo todo argentino de bien, Leandro se sumergió en el mundo de la animación japonesa mirando en la televisión grandes series como Saint Seiya o Yu Yu Hakusho. Para él, eran animes con «capítulos peculiares», en dónde la dirección parecía «distinta». Sin embargo, para ese entonces él era chico, y no estaba del todo inmerso en el mundo del anime. No fue hasta que, con un internet estable y más de grande, empezó a profundizar en este ecosistema.
Una vez que arranqué a mirar anime de más grande, traté de ver todo lo que no había mirado antes, lo que nunca había visto completo, porque en la televisión nunca llegaba a ver todo. Lo que más me terminó gustando fueron las series shonen, de acción y de deporte. Después me interesó ver cosas más para adultos, como Tatami Galaxy, con otras temáticas. También me gustó mucho meterme en los slice of life, como K-on, y en los mecha, como Gundam– dijo sobre sus gustos personales
¿Pero cómo se convirtió en animador?
Antes de ser un animador, Leandro Duarte se recibió de profesor de historia. Sí, como leyeron. Nuestro entrevistado estaba preparado para transitar el camino de la docencia cuando de pronto la pandemia lo detuvo todo. Y si bien él ya estaba pensando en hacer alguna carrera relacionada con la animación, la verdad es que la pandemia lo obligó, de alguna forma, a comenzar más rápido de lo planeado.
«Yo ya había comenzado por mi cuenta. Estudié mucho la teoría; por ejemplo, cuando salió One Punch Man, leí un artículo que hablaba de los animadores específicos que trabajaron ahí. Después encontré un blog en dónde aprendí varias cosas de teoría de la animación. Después comencé a buscar libros por mi cuenta sobre esto. Para ese momento el único elemento que tenía era una tableta económica de dibujo»- nos cuenta sobre sus primeros acercamientos a la animación como tal.
Pero como dije antes, la pandemia apuró un poco todo lo que tenía que ver con la idea de ser animador. Y no fue hasta que vio un tuit en particular que encontró su primera oportunidad para inmiscuirse en este increíble ambiente:
«Me apareció la oportunidad de ver un tuit de gente relacionada a la animación, que buscaba gente para animar un opening fan de Naruto. Yo ni había visto Naruto -lo estoy mirando todavía- pero el tuit decía que: ‘no era necesario tener experiencia’, que ‘nosotros te enseñamos’. Me mandé e hicimos el opening. El estudio se llamaba Tomtom, y de ellos aprendí cómo trabajaría un estudio de verdad de anime, con las reglas que se usan para crear archivos. Las anotaciones y lo que hay que tener en cuenta, el flujo de trabajo y más– comenta sobre su primer acercamiento.
El estudio lo llevó a conocer a otros asistentes de producción, ayudándolo a generar contactos y conexiones que lo acompañarían a encontrar su lugar en el mundo de la animación japonesa.
El primer contacto con la industria en Japón
Como pudimos ver en los primeros párrafos, a Leandro lo podemos considerar un fan del anime hasta la médula, por lo que ingresar en proyectos de este estilo seguro que lo hicieron emocionarse. Sobre estas sensaciones, nos comentó que «la primera vez fue un flash» y que no «cayó del todo sobre lo que estaba haciendo» en ese instante.
Pero como si fuera poco, todo en la vida es circular, y como así empezó animando un fan opening de Naruto, el primer crédito de animación que tuvo Leandro fue, justamente, en Boruto.
Pero este tipo de cosas pueden sorprender al principio y solo al principio. Ya que después de ver tu nombre un par de veces es algo que «se vuelve rutina». Para Leandro, lo que es realmente loco es que te «toque un buen proyecto». Así como a él le tocó participar en Frieren o la película Sailor Moon Crystal, títulos que lo hacen pensar “estoy en un proyecto muy bueno” o “salgo en una lista con otros animadores increíbles”.
¿Y qué onda la industria del anime en Japón?
«La industria en Japón está complicada, hay cada vez más proyectos y no hay suficiente staff para completarlo. Incluso la mayoría de los animes que miramos hoy, muchos tienen episodios que no los hace el estudio que tiene asignado, sino que se lo reasigna a otro. Hace muchos años que se los llevan a Corea o China» dijo hablando un poco del momento de la industria actual.
Y es que el trabajo de animador pasó a ser un poco más freelance. Leandro nos comenta que, gracias a las redes sociales, los animadores pueden mostrar sus trabajos, lo que lleva a que varios asistentes de producción busquen por estos medios a posibles ayudantes.
«A mí me pasó un montón de veces de hablar por redes sociales, y después por mail, sobre proyectos. Es ser freelance. En muchos de los animes que trabajé, lo hice por medio de mis propios contactos; algunos otros trabajando a través de un estudio, Estudio Mochi, que es otra forma de llegar a proyectos de anime.»
Sin embargo, nada es perfecto, y Leandro nos habló de los inconvenientes que uno puede llegar a tener en este tipo de proyectos siendo el primero, claramente, el idioma. Sobre esto, Leandro está estudiando japonés, ya que le ayuda conocer la estructura del idioma, pero aún así suele apoyarse en el traductor en algunos momentos. Otro conflicto que suele aparecer es el tema del horario, ya que hay 12 horas de diferencias entre Japón y Argentina, lo que complica por completo la comunicación.
«Cuando ellos se están levantando, yo me estoy yendo a acostar»
¿Cuáles son los estudios, estilos y etapas de la animación?
El trabajo de la animación no es para nada sencillo y existen muchos procedimientos que hay que tener en cuenta. Leandro nos explicó las distintas etapas que tiene un anime, desde que es un borrador hasta el producto final que llega a nosotros:
«Primero está la parte del guión. Después está el storyboard, que lo hace el director del episodio o alguien aparte, lo mejor sería que fuera el director. Sigue mi parte, que es el layout, en dónde se plantea el fondo y se hacen dibujos clave. Esto se manda al supervisor de animación, que chequea los dibujos y manda correcciones. A veces lo corrige el director del episodio o el director de personajes, depende. Luego eso vuelve al animador del layout, o no (a veces no le vuelve al animador original, sino que las correcciones las hace otro animador, según los tiempos). Después aparece la etapa de genga, que es hacer la línea final del dibujo, que quede con todos los detalles. Ahí pasa a la etapa de douga, que son el pintado y los intermedios. Lo último ya es post-producción.
Nosotros no somos los únicos que suelen ver el producto final. Leandro ha mirado varios de los animes en los que trabajó y, en la mayoría, se dio cuenta de errores o imperfecciones que cometió; así como también en la mejoría que le dan los animadores que vienen después de él. Sin embargo, él nunca se queda en sus errores, sino que piensa que «en la próxima se arreglará».
Ahora, ¿los animadores tienen un estilo propio?
Para Leandro Duarte todos los animadores tienen un estilo propio, en dónde sus individualidades salen a la luz. Sin embargo, entiende que el anime es una industria en dónde se ven «obligados a atenerse a un diseño de personaje», lo que dificulta la individualidad. A pesar de todo, él cree también que «todo depende del tipo de producción» de la que se esté hablando. Brinda el ejemplo de One Piece, en dónde en los últimos arcos se pueden ver distintos estilos de animación, en dónde «se ven cosas más personales de cada animador». Pero no todas las producciones son así, y algunas buscan un look más consistente, para este caso trae a colación el ejemplo de Kimetsu No Yaiba, ya que los «diseños de personajes son lo más consistentes posible» y la «personalidad» del animador se ve en los «efectos y movimientos«.
Un caso particular: Naruto vs Pain
Para los fans de Naruto esta parte puede ser interesante, para los que no lo son pueden salteársela, pero se trata de un caso bastante conocido en el ámbito. El anime de Naruto salió bastante en la entrevista, y no podíamos no hablar de la famosa batalla de Naruto vs Pain, en su saga Shippuden, en dónde se puede ver una animación poco común para lo que venía trayendo la serie. Esto causa varias reacciones distintas en los fans, y una de ellas era un claro desagrado por el estilo.
«A algunas personas les resulta chocante que algunas escenas sean tan experimentales. La pelea de Naruto vs Pain es muy rara, y hay gente que tendió a pensar que esto está mal hecho, y en realidad es que no te gustó el estilo, y está bien. Pero para mí hay una gran diferencia entre algo mal hecho, algo bien hecho y algo que no te gusta– sentenció Leandro sobre esta cuestión.
¿Qué ocurre con los distintos estudios?
Bien, ahora entendemos que los animadores tienen estilos variados, que cada uno lleva consigo una especialidad en particular e impredecible. Pero… ¿Qué ocurre con los estudios de animación? ¿Todos mantienen un solo estilo? ¿Algunos dan más libertades que otros a la hora de animar? Sobre esto, Leandro Duarte nos cuenta que:
«Todos los estudios tienen una filosofía distinta. Pero todo tiene que ver con el equipo que juntan y cómo lo juntan. Por ejemplo, Kyoto Animation tiene un estilo hiper consistente que se les enseña a las próximas generaciones que estudian con ellos. Vos ves una película o serie de KyoAni y te das cuenta de que son de ellos. Es tan suyo el estilo que no sabes quien animó cada cosa. Pasa algo parecido con Ufotable.
Luego brindó otros casos, como el de Mappa, que tiene «muchos proyectos al mismo tiempo» y «no todos llevan la misma filosofía». Trae el ejemplo de Jigokuraku, que buscaba asimilar un estilo parecido al de Jujutsu Kaisen, pero que después tenía otros proyectos muy distintos. Otro estudio en dónde esto ocurre es MadHouse, que dependiendo el equipo que juntan, a veces sacan cosas como Frieren y otras veces «series que no ve nadie y nadie sabe que son de Madhouse».
Finalizando… ¿Cuáles son los artistas favoritos de Leandro?
Al terminar la entrevista, Leandro me brindó una lista de sus directores y animadores favoritos, con algunos de sus respectivos trabajos y proyectos favoritos:
Directores
- Naoko Yamada: K-On, Tamako Market, Euphonium, Koe No Katachi
- Akiyuki Shinbo: Monogatari, Yu Yu Hakusho
- Shingo Natsume: One Punch Man
- Rie Matsumoto: Kekkai Sensen
Animadores
- Kou Yoshinari: Kizumonogatari (escena del campo de béisbol)
- Yoshimichi Kameda: Full Metal Alchemist, Mob Psycho
- Shinya Ohira: One Piece (episodio 1072)
Por último, ante la pregunta de ¿Con qué director y en qué serie le gustaría trabajar?, el entrevistado no tardó mucho en contestar:
Si me dicen para algo de Rie Matsumoto estoy al 100%, dejo el laburo, no sé; no duermo si es necesario. En caso de serie, me encantaría poder laburar en Witch Hat Atelier, que me encanta el manga– sentenció al final de la entrevista.
Esto es todo por ahora, muchas gracias Leandro Duarte por la buena onda y compartir tus conocimientos, experiencias y gustos con nosotros. Pueden encontrarlo en sus redes sociales como leandro.dibuja.
¡Hasta la próxima!
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