Dragon ball: Kakarot es un muy mal videojuego y te lo cuento en esta reseña. Este juego intenta ser un océano de posibilidades y termina siendo la pileta para tus sobrinos que compraste en una oferta en la feria.

Para hablar de los grandes problemas de este nuevo título de la franquicia de las bolas del dragón tenemos que hacer un poco de historia.

La primera vez que vimos algo de este juego se nos lo vendía como el juego que todos los fans de la franquicia habíamos soñado desde siempre, la gran posibilidad de explorar un mundo acompañados de nuestros personajes favoritos para poder conocer más en profundidad las historias que el gran Akira Toriyama no pudo desarrollar era algo que nos volvía locos.

Después de ver ese tráiler en la conferencia del E3 de Microsoft todos estábamos emocionados por la cantidad de potencial que tenía algo como Dragon ball en un mundo abierto con toques de RPG.

Solamente con pensar en pescar con Goku, recorrer el mundo con Gohan y explorar Capsule Corp con Vegeta era algo con lo que no podíamos estar más felices, el potencial estaba ahí, era solo esperar lo mejor para volver a disfrutar como disfrutamos en su tiempo de Dragon ball Budokai Tenkaichi, la gran trilogía que homenajeaba totalmente a una de las franquicias más importantes de la historia de la industria del manga/anime.

Pero todo esto termino siendo una gran desilusión. En esta reseña voy a tratar de dar mi punto de vista de porque Dragon ball: Kakarot es un mal videojuegos, un mal RPG y una mala adaptación del manga homónimo.

RPG de hace 2 generaciones

Si tendríamos que definir a los grandes generos esta generación tendríamos que hablar del mundo abierto y del RPG, en esta generación tuvimos cosas como The Witcher 3, un título donde las misiones secundarias tenían hasta más profundidad que algunas de las principales, contándonos historias que llenaban de riqueza al mundo que explorábamos con el brujo más husbando que podíamos soñar.

También pudimos disfrutar de un videojuego como Bloodborne que sin un mapa gigante sabia contar una historia a través de su diseño de mundo, ítems y NPCs que íbamos conociendo mientras avanzamos en la cacería más sangrienta y difícil que pudimos disfrutar en esta generación de consolas.

Dos títulos que demuestran que sin grandes presupuestos ni estudios de miles de personas se pueden crear mundos vivos y llenos de sorpresas para explotar con historias contadas usando todos los medios y recursos narrativos del videojuego.

Bueno, todo esto no es para nada el caso de Dragon Ball: Kakarot. Este título parece que se quedó en el tiempo, tenemos de las misiones secundarias más genéricas y malas que jugué en muchísimo tiempo, prácticamente todas las misiones secundarias caen en lo típico, hablar con un NPC que necesita X cosas que tenemos que ir a buscar en algún lado del mapa para terminar seguramente con una pelea con enemigo genérico número 3.

A veces tenemos cosas graciosas como referencias a sucesos del anime o misiones con personajes olvidados por Akira Toriyama como es el caso de Lunch, en su búsqueda de Ten Shin Han, pero sin aprovechar en nada al personaje, no pasa de una pelea genérica o búsqueda de algún ítem.

Otro gran problema del juego es su mapa, aunque tenemos algunos escenarios bien trabajados que pegan justo en la nostalgia no justifica en nada lo plano y aburrido que es explorar el mundo, ni siquiera es un mundo abierto real, son mini escenarios que se dividen por tiempos de carga frustrantes, cosas como buscar las esferas del Dragon dan ganas de irse a jugar otra cosa de lo lento que termina siendo todo.

Esto se suma a algunas misiones secundarias totalmente estúpidas y mal diseñadas, estamos hablando de un juego que para 2 diálogos cortos con personajes en distintos puntos del mapa termina tirándote en la cara varios tiempos de carga porque Goku necesita ver a Bulma en Capsule Corp y a Milk en su casa. Decisiones de diseño que arruinan un poco más la experiencia de juego.

Todo esta suma de cosas negativas logra que no queramos ni tocar una misión secundaria o explorar por su “mundo abierto” que para colmo es casi obligatorio si queremos conseguir todos los poderes de nuestros protagonistas. Todos estos errores de diseños serian soportables si sería un título de PS3, pero estamos casi con la salida de PS5 en el año 2020.

Todo su supuesto “RPG mundo abierto” es basura, si no sería un videojuego de la franquicia de Dragon ball no hubiera pasado de la tercera hora del juego porque ni su combate es satisfactorio. Bueno, el combate…

Aprieto el mismo botón muchas veces y gano

Venimos de un último juego de Dragon ball que logró ser una maravilla en el combate como es Dragon Ball FighterZ que hasta el día de hoy sigue sacando buen contenido y teniendo una muy sana escena competitiva. Obviamente no esperaba la revolución en este nuevo juego, tal vez algo cercano a Dragon ball Tenkaichi 3 pero que equivocado que estaba.

El sistema de combate es igual de profundo que su sistema RPG, no hay combos, no hay dificultad real ni hay emoción en ningún momento, no pasa de apretar mucho un botón y tirar algún que otro Kamehameha para ganar de manera linda.

Lo más triste que es otra vez su sistema RPG arruina un poco más el juego, como por la hora 18 logramos conseguir suficiente nivel necesario para tener los poderes épicos, que siguen sin dar nada de profundidad al combate pero ver a Goku tirando su genkidama es algo que nunca va a dejar de emocionarme, pero es hasta casi gracioso descubrir que la mejor versión se consigue una vez terminado el juego, donde ya no hay un solo combate decente y nos queda solo golpear un par de enemigos genéricos randoms que salen por el mapa.

Pero podría decir que al final el apartado de combate es lo mejor del título, sin nada muy profundo ni trabajado logra entretener un poco más que el resto del juego gracias a una buena calidad gráfica y referencias al anime, los combates más importantes contra los jefes finales logran tener momentos llenos de emoción propios de uno de los mangas/animes más importantes de la historia.

Pero no puedo decir para nada que como fan de toda la vida de la franquicia sentí algo de buen homenaje, me sentí maltratado por la “adaptación” de la historia…

Dragon Ball no es solo peleas

Tal vez este es el punto más subjetivo de la reseña y no me molesta para nada, Dragon Ball en mi vida no es solo una serie que veo con nostalgia, es una franquicia que me marcó en la vida. Los primeros recuerdos de mi vida es estar viendo en la televisión Dragon ball Original, ver a un pequeño Goku compitiendo con su gran rival Krillin por ser el discípulo del Maestro Roshi, enfrentar al mal puro que representaba Piccolo daimaku que es derrotado con un último golpe de parte de Goku impulsado por la pérdida de todos sus amigos.

Un poco más adelante en mi vida pude disfrutar de Dragon ball Z, el mismo Goku ahora más grande con muchísimas más responsabilidades y profundidad, dando su vida múltiples veces para defender a todo lo que quería y llegando a un punto incomparable en la saga Freezer, donde un verdadero villano como El Emperador de la mal mata en su cara a su mejor amigo Krillin, haciéndolo explotar en furia para lograr unas de las mejores transformaciones y momentos de la historia del anime.

Sagas como Cell, que no bajaban en nada la calidad y la emoción de la franquicia, si la trasformación de Super Saiyajin de Goku era algo épico, la de Gohan no se queda atrás, un personaje desarrollado a la perfección por el genio de Akira para que en el momento justo tome el mando y se vuelva el héroe con una trasformación que todavía me pone la piel de gallina y un último choque de poderes cargado de emoción y simbolismo en la saga.

La saga Majin Bu que tal vez hoy en día no es mi favorita, pero no puedo negar la calidad y grandes momentos que tiene, un Vegeta que se come su orgullo varias veces para defender a todo lo que ama, un sacrificio inolvidable contra el primer Buu haciéndolo mi personaje favorito del anime gracias a su gran desarrollo como personaje.

Una saga que tiene mi momento favorito de toda la vida en un anime, el último gran ataque contra la maldad pura que era Buu, una genkidama formada a partir de la energía de toda la humanidad para derrotar al más poderoso enemigo de la franquicia que ni el mismisimo Goku en su máximo poder podía enfrentar.

Así podría estar hablando horas y horas de todo lo que significa Dragon ball en mi vida, definió mis gustos, me hizo conocer gente importante y empezar consumir anime y leer manga, gritar en el cine con sus últimas películas y ser parte de fenómeno que fue Dragon ball Super con todos esperando el sábado a la noche para ver el nuevo capítulo.

Ahora todos se estarán preguntando porque esta gran introducción, fácil, Dragon ball: Kakarot no logra igualar ni adaptar ninguno de los grandes momentos de buena manera, puedo entender que por la censura y el tratar de cumplir con ESRB es difícil traer escenas tan cargadas de violencia como es Krillin siendo atravesado por los cuernos de Freezer o Videl siendo golpeada hasta casi la muerte por Spopovich, pero ¿Qué ni haya una cinemática para la pelea de Goku y Vegeta en la saga Majin Buu?

Tuvieron el tiempo y los recursos para crear minijuegos malos y sin ningún tipo de desafío como jugar Baseball, correr carreritas feas o pescar apretando 2 botones, pero no para adaptar los grandes momentos del anime.

Obviamente no pido un calco 1 a 1 de cada escena del anime, hasta hay algunas bastante bien logradas como es el caso del sacrificio de Vegeta contra Majin Buu, la genkidama final de Goku o el sacrifico de Piccolo en la saga Saiyajin, pero otras dan vergüenza, hay “cinemáticas” que son los personajes parados hablando sin ningún movimiento, otras que son un insulto como la transformación de Goku en Super Saiyajin contra Freezer que pierden toda la emoción.

También tenemos un serio problema de animaciones fuera de estas cinemáticas y a veces dentro que es lo más triste. Los personajes se mueven como si estarían en una ps1, movimientos toscos y mal animados, poco naturales que parecen salidos del Motion Capture más básico que se podía conseguir.

Todo esto logra una mala adaptación de la franquicia, no sabe y hasta parece que ni intenta captar la verdadera esencia de Dragon ball quedándose en lo superficial y hasta cambiando algunos hechos del anime, un sin sentido que hace ver al intento de Xenoverse de una mejor manera.

Akira Toriyama es un genio inigualable y este título es un gran ejemplo de como muchos no entienden el verdadero significado y búsqueda de la franquicia, una decepción  que desperdicia todo el potencial que se tiene del universo Dragon ball.

Conclusiones:

No venía con mucho Hype a este nuevo juego, pero esperaba una buena experiencia que me entretenga y me dé algo del fanservice que saben dar los juegos de Dragon ball y encontré poco y nada de eso. Este título es un mal videojuego que parece de hace casi 2 generaciones con un “mapa abierto” que se siente vacío y plano con prácticamente nada que hacer en él más que algunas misiones secundarias aburridas y minijuegos totalmente malos y sin ningún tipo de profundidad.

Un sistema RPG que ni se nota que existiera, apenas respondes 3 veces en todo el juego una conversación y podés terminarlo sin tocar una vez algo que no sea la historia principal.

Una mala adaptación de una de las franquicias más importantes y famosas de la historia del entretenimiento mundial, un desperdicio de potencial que no intenta nada nuevo y se queda en la zona de confort mas rancia y aburrida de nuestra industria del videojuego.

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